sábado, 18 de febrero de 2017

Supuestos del aprendizaje: El aprendizaje orientado hacia metas

Tolman (1960), psicólogo que ha escrito extensamente sobre el aprendizaje, lo concibe como orientado o dirigido a metas.

El alcance de las metas que el sujeto establece -en función de las interacciones que ha establecido con su entorno- adquiere un sentido particular para él mismo en la medida que su acción tiene una dirección; de este modo el aprendizaje viene a constituir la capacidad de comprender relaciones con los objetos y eventos, los signos que los representan (por ej.: las palabras) y los significados.

A. La elaboración de significado y el aprendizaje autónomo

Existe una mayor aceptación que un buen aprendiz busca alcanzar dos objetivos: entender el sentido de las tareas que debe realizar y regular su propio aprendizaje. Este punto de vista proviene en parte de las investigaciones sobre cognición y en parte de las investigaciones sobre auto-regulación (observar el propio proceso de aprendizaje y regularlo).

Por ejemplo, en la lectura, el lector modelo trabaja activamente para construir o descubrir el sentido de lo que se lee y para monitorear la comprensión del texto en cualquier momento (Brown, 1985; Pearson, 1985). En matemática, el experto en resolver problemas no sólo busca comprender “qué hacer y por qué” (Burns, 1986) sino también “qué hacer cuando no se sabe qué hacer”.

 B. La “nueva” faceta del aprendizaje

El énfasis en la importancia de la elaboración de significados y en el aprendizaje autónomo no es algo nuevo para muchos educadores. Sin embargo, lo nuevo en la historia de la educación es su marcado contraste con las anteriores ideas acerca de cómo aprenden los estudiantes. Esos enfoques anteriores daban por sentado que el aprendizaje era esencialmente cuestión de responder a la información que se proporcionaba.

Por ejemplo, se suponía que la lectura era una actividad pasiva que se daba fundamentalmente como resultado de la decodificación y del aprendizaje del significado de palabras aisladas. Por lo tanto, el objetivo de la lectura era “acercar” el texto (Pearson, 1985). También existía el difundido supuesto de que la inteligencia era relativamente inmodificable, ya fuera por la escuela o por los esfuerzos del individuo para controlar su propio aprendizaje (Jensen, 1969). Ahora sabemos que no es así.

Este nuevo retrato del “aprendiz modelo” se refiere a alguien activo, estratégico, planificador y constructivo en la vinculación de la información nueva con los conocimientos previos.

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