jueves, 16 de marzo de 2017

Nuevos Paradigmas en Educación Superior. Pedagogía del Pensamiento Complejo

El propósito de este capítulo es acercar al diplomante, hacia un debate actual en torno al pensamiento complejo y la relación con la Educación Superior.

Empecemos definiendo el concepto de paradigma, para Thomas Kuhn un paradigma es un enfoque, un conjunto o sistema cognoscitivo desde el cual se realiza una interpretación teórico metodológico, global y acrítica de la realidad o una parte de ella.

Hemos estado viviendo bajo el paradigma de la ciencia moderna, a la que Morin llama ciencia clásica, que ha estado gobernando la forma de organizar, pensar y vivir. Este paradigma de occidente o paradigma de simplificación, obedece a un modo de conocimiento y de pensamiento lineal, cuantitativo, hiperespecializado y fragmentado, que no admite la conjunción de lo uno y lo múltiple, que anula la diversidad o por el contrario yuxtapone la diversidad sin concebir la unidad, que no comprende pensamientos globales y fundamentales.

Según Morin es indispensable comprender la necesidad de un cambio de paradigma, principalmente por la exagerada fragmentación y por la conciencia de atomización. Cuando esto ocurre las sociedades retroceden a formas de organización anteriores o tratan de construir nuevos sistemas, este proceso es profundamente complejo, enriquecedor y potencialmente aprovechable. “En este proceso no se trata de ver si la ideas son buenas o verdaderas, opuestas de forma radical a las ideas malas y falsas, sino más bien de entender la complejidad de las ideas, en ese sentido nos exige pensar de forma radicalmente compleja”4. Queda totalmente claro que este nuevo paradigma nos propone el reto de pensar de otra manera la razón, el hombre, la historia, la sociedad y no como lo hemos venido haciendo, unilateral y excluyentemente.

PEDAGOGIA DEL PENSAMIENTO COMPLEJO

Revisaremos la pedagogía del pensamiento complejo, a través de uno de sus mayores impulsores Edgar Morin, partiendo de un fragmento extraído del Manual de iniciación pedagógica al pensamiento complejo, donde explica que: “El conocimiento es en efecto, navegar en un océano de incertidumbres sembrado de archipiélagos de certidumbres. Ciertamente nuestra lógica nos es indispensable para verificar y controlar, pero el pensamiento finalmente opera, de las transgresiones a esa lógica. La racionalidad no se reduce a la lógica, sino que esta última se utiliza como un instrumento”. Y agrega más adelante: “Es necesario pensar en la incertidumbre porque nadie puede prever lo que pasará mañana o después de mañana. Además, ha resultado fallida para nosotros, la promesa de un progreso infaliblemente predicho por las leyes de la historia o por el desarrollo ineluctable de la ciencia y la razón. Nosotros estamos en una situación donde debemos tomar conciencia trágicamente de las necesidades de vinculación y de solidaridad, así como de trabajar en la incertidumbre”.

Desde hace algunos años, la palabra complejidad es muy utilizada, tanto en ámbitos intelectuales como también en el lenguaje cotidiano, se dice que algo es complejo porque es difuso o porque la visión que se tiene de las cosas no nos permite comprender, esta situación es muestra de que la realidad en toda su dimensión es compleja. Pero ¿qué se entiende por complejo? Etimológicamente, la palabra complejo deriva del vocablo latino complexus, que significa “·lo que esta tejido junto”. Entonces podemos decir, que la complejidad es el tejido de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que constituyen nuestro universo. Existe complejidad en espacios en los cuáles conviven principios de orden y desorden, equilibrio y desequilibrio donde no solo hay determinismo sino también azares; es allí donde emerge la incertidumbre.

Las formas de encarar el conocimiento están marcadas por la influencia de los principios positivistas, a partir de adoptar una forma de enseñanza aprendizaje, fragmenta, tiende a dividir la realidad en materias o asignaturas, mostrando un mundo dividido en muchas partes bien separadas entre sí. Esta fragmentación ha provocado una hiperespecialización que no permite ver realidad compleja a través de las relaciones de sus partes. El pensamiento complejo busca integrar las partes al todo, el todo a las partes y las partes entre sí.

ROL DEL DOCENTE

Frente al desafío de una nueva forma de ver la realidad, el rol del docente requiere un cambio radical, para Morin la tarea del docente es una misión indelegable: la de transmitir no sólo un saber puro, sino una cultura que permita comprender nuestra condición y ayudarnos a vivir. Al mismo tiempo favorecer una manera de pensar abierta y libre. Tomando en cuenta que las partes dependen de un todo y viceversa, haciendo hincapié en que los alumnos logren un estado interior y profundo de reflexión para poder orientarse por sí mismos en la vida.

Morin nos plantea otra idea, es inútil el saber si no se sabe para la vida, con esto se refiere a que el docente no debe ser enciclopedista o simplistas porque solo llenará la cabeza del alumno con datos, con información, en cambio si el docente piensa en complejo e incentiva al alumno este aprenderá para la vida, aspirará a la sabiduría. Aprender a vivir no es sólo acumular información, sino es transformar el conocimiento en sabiduría para vida

La teoría de la complejidad exige que el docente contemple la individualidad del alumno, en el entendido de ser único e irrepetible, "Cada grupo, cada alumno, cada suceso educativo representa una problemática a resolver, por lo que no se pueden aplicar teorías o técnicas estandarizadas; sólo una permanente actitud reflexiva acerca de los acontecimientos vividos va constituyendo un almacén experiencial, al que el docente puede acudir en circunstancias de incertidumbre"6
Morin plantea siete principios, los cuáles consideran los saberes imprescindibles que deberá afrontar el sistema educativo para constituirse en relevante y significativo, esos saberes son:

a) El conocimiento y sus cegueras

Morin, menciona que todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe contar siempre con esa posibilidad. El conocimiento humano es frágil y está expuesto a alucinaciones, a errores de percepción o de juicio, a perturbaciones y ruidos, a la influencia distorsionadora de los afectos, al imprinting de la propia cultura, al conformismo, a la selección meramente sociológica de nuestras ideas, etc.

b) La contextualización del conocimiento

Con respecto al segundo saber necesario, Morin puntualiza, que la educación de hoy y la de mañana, debe ser contextualizada, por lo mismo debe contemplar cuatro aspectos: 1) El contexto, donde el conocimiento de las informaciones de un modo aislado es insuficiente, debemos ubicar dichas informaciones en su contexto para que adquieran sentido. 2) Lo global, las relaciones entre el todo y su partes. 3) Lo multidimensional, las unidades complejas, como el ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo, racional; 4) La sociedad es histórica, económica, sociológica y religiosa a la vez, es importante reconocer estas interretroacciones permanentes.

c) La condición humana

La educación del futuro deberá ser una enseñanza centrada en el condición humana, eso significa según Morin, que pueda reconocer lo común y al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural. También deberá considerar la idea de la unidad de la especie humana a partir de sus múltiples diversidades, comprender lo humano es comprender su unidad en la diversidad, su diversidad en la unidad.

d) Nuestra identidad terrenal

Morin plantea que el planeta necesita un pensamiento policéntrico capaz de apuntar a un universalismo no abstracto sino consciente de unidad/diversidad de la condición humana, el mundo con el paso del tiempo se vuelve uno pero al mismo tiempo se divide. Con trabajo y esperanza podemos avizorar para el tercer milenio la posibilidad de una nueva creación, la de una ciudadanía terrestre.

e) Enfrentar la incertidumbre

Morin reafirma su pensamiento, mencionado que existen algunos núcleos de certeza, pero son muy reducidos, Navegamos en un océano de incertidumbres en el que hay algunos archipiélagos de certezas, no viceversa. El mundo en el que vivimos se caracteriza por la incertidumbre, no se sabe qué pasará en un par de meses, los desastres ecológicos, la inestabilidad económica, etc.
Desencadenan una serie de acciones y reacciones que afectan al sistema global y que no podemos predecir. Nos educamos para desenvolvernos en un sistema de certezas, pero nuestra educación para la incertidumbre es defectuosa.

f) Saber Comprender

Sobre la comprensión Morin, afirma que se ha tornado una necesidad crucial para los humanos. Por eso la educación tiene que abordarla de manera directa y en los dos sentidos: a) la comprensión interpersonal e intergrupal y b) la comprensión a escala planetaria. Además complementa que ha constatado que la comunicación no implica comprensión, que la comprensión siempre está amenazada por la incomprensión de los códigos éticos de los demás, de sus ritos y costumbres.

g) Ética = Ser humano

Morin nos habla de la importancia de desarrollar una ética del género humano, donde el educando pueda ver su triple dimensión de individuo, sociedad y especie, los educadores deben vivir este tipo de saberes, para que su transmisión hacia los ciudadanos del mañana sea eficaz.

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